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El Estadio Azteca… que no fue

Tres fueron los diseños de Estadio Azteca que se quedaron en el tintero, pero que a 50 años de su inauguración sirven para conocer lo que hoy habría en Santa Úrsula en caso de que no se hubiera aprobado el proyecto ganador.

Pedro Ramírez Vázquez en conjunto con Rafael Mijares fueron los autores del diseño que ganó en un concurso donde estaban otros arquitectos de renombre: Félix Candela, español naturalizado mexicano experto en las estructuras innovadoras, además de Enrique de la Mora.

El proyecto de Candela destacaba por el techo con estructuras hiperbólicas, pero era al mismo tiempo el inconveniente. La financiación del estadio requería construirlo en dos etapas y por ello en su inauguración no había techo.

En este diseño, la techumbre estaba ligada al resto de la estructura y obligaba a construirlo al mismo tiempo, lo que hacía más costosa la primera etapa, además de que no permitía una visibilidad perfecta.

“Quizá alguno de los puntos que no manejaron bien otros arquitectos en ese concurso fue el poner algunos postecitos para ayudar a los volados enormes que iba a requerir una techumbre”, considera Luis Martínez del Campo, residente de la obra.

El segundo proyecto que se quedó en ello fue el de De la Mora, quien proponía un estadio techado solo en las gradas laterales.

“Fue un concurso entre tres de las mejores firmas de arquitectos de México que había en aquella época. México ya se proyectaba a nivel internacional por su modernismo y su arquitectura en forma muy notable”, explicó Martínez del Campo.

El concurso para encontrar el diseño adecuado se hizo mediante un organismo de nombre Futbol del Distrito Federal y en gran medida ganó el despacho Ramírez Vázquez porque fueron pragmáticos constructiva y financieramente.

“No obstante la solidez de su arquitectura (de Pedro Ramírez Vázquez), la presentación, la calidad iba de la mano con la función que tenía. Muchas veces nos decía ‘no trates de inmortalizarte, hazlo viable’, ese es el aspecto pragmático que se reflejó mucho en el estadio”, consideró Martínez.

Pero el proyecto ganador también tuvo modificaciones porque al inicio era totalmente rectangular, condición que modificaron al curvear ligeramente para que todo el público tuviera una visibilidad perfecta.

“Pensando con ese idealismo de tener el mejor estadio del mundo en ese momento, se desechó todo lo que había sido los meses de proyecto rectangular para iniciar una nueva idea con una perfección total en cuanto a visibilidad, esa era la mira”, agregó el arquitecto.

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