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Mueren dos policías israelíes durante tiroteo en Jerusalén

Jerusalén. Tres árabes israelíes mataron este viernes a tiros a dos policías en la Ciudad vieja de Jerusalén, antes de ser perseguidos y abatidos en la Explanada de las Mezquitas, en uno de los más graves incidentes en este sector clave del conflicto israelo-palestino.

Horas más tarde, la policía israelí detuvo al muftí de Jerusalén, el líder religioso musulmán Mohamed Husein, cuando se hallaba reunido con otros palestinos en la Ciudad vieja para denunciar el cierre de la explanada, según sus allegados.

Esta explanada, tercer lugar santo del islam, situada en Jerusalén este -anexionada y ocupada por Israel- fue cerrada tras el ataque. La policía anunció también que las oraciones del viernes no se celebrarían.

Para evitar un recrudecimiento de las tensiones, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abas, conversaron por teléfono, un hecho inusual tras la suspensión de las negociaciones de paz en 2014.

Abas condenó el incidente y expresó “su rechazo a todo acto de violencia”, mientras que Netanyahu “hizo un llamado a la calma”.

Es el primer ataque de tal magnitud con arma de fuego desde hace años dentro la Ciudad vieja, subrayaron comentaristas. Los últimos 20 meses han estado marcados por ataques con arma blanca cometidos por palestinos que, en general, actuaban en solitario.

Los dos policías habían sido heridos de gravedad y fallecieron poco después del ataque, mientras que un tercer policía fue herido levemente, señaló la policía. Los policías muertos, Hail Satawi, de 30 años, y Kamil Shanan, de 22, formaban parte de la minoría árabe drusa de Israel, muy presente en la policía y el ejército. – ‘Extremadamente grave’ – Según la policía y el Shin Bet, el servicio de seguridad interior de Israel, los tres atacantes también eran árabes israelíes, oriundos de la ciudad de Um el Fahm (norte).

Fueron identificados como Mohamed y Mfadal Jabarin (ambos de 29 años), y Abdel Latif Jabarin (de 19 años).

Hacia las 07:00 locales (04:00 GMT), abrieron fuego contra los policías cerca de una puerta del casco antiguo de Jerusalén y luego huyeron hacia la Explanada de las Mezquitas, donde fueron alcanzados por las fuerzas de seguridad, que los abatieron, según la policía.

Los árabes israelíes son los descendientes de los palestinos que permanecieron en sus tierras tras la creación del Estado de Israel, en 1948. Tienen la nacionalidad israelí y representan el 17.5 por ciento de la población del país. El ministro de Seguridad Pública israelí, Gilad Erdan, acudió al lugar y calificó el ataque de “acontecimiento extremadamente grave”.

“Tendremos que reevaluar todas las disposiciones de seguridad en el Monte del Templo [como llaman los judíos a la Explanada de las Mezquitas] y sus alrededores. Insto a los líderes de ambos bandos a […] mantener la calma en Jerusalén”, agregó.

– Anuladas las oraciones del viernes –

Según medios israelíes, es la primera vez desde el año 2000, cuando estalló la segunda Intifada, que las oraciones del viernes se cancelan.

Antes de ser arrestado, el muftí de Jerusalén denunció ante los periodistas que se hubiera acordonado la Explanada de las Mezquitas y que se anularan las oraciones.

“Una unidad especial de la policía detuvo al jeque cerca de la Explanada de las Mezquitas” dijo Jaled Hamo, uno de los guardaespaldas del muftí.

“No sabemos nada sobre mi padre, que fue llevado a una comisaría” en Jerusalén este, anexionada y ocupada, dijo su hijo, Jihad Husein. “Estaba con él, no ha hecho nada, no sé porqué lo han detenido”, añadió.

Las autoridades palestinas en Ramalá, en Cisjordania ocupada, condenaron las medidas israelíes.

El portavoz del movimiento islamista Hamas, Sami Abu Zhori, consideró que el ataque era “una respuesta natural al terrorismo sionista y a la profanación de la mezquita Al Aqsa”, en un comunicado publicado en la página web de Hamas.

“El ‘statu quo’ será preservado”, advirtió Netanyahu, en un intento de tranquilizar a los palestinos. Según el ‘statu quo’ en vigor desde hace varias décadas, los judíos tienen permiso para visitar la Explanada, pero no para rezar allí.

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