A partir de los 60 años, la productividad de las personas disminuye, por lo tanto también lo hace su ingreso, su participación en la economía y por ende, su nivel de vida. En Chiapas habitan alrededor de 345 mil 481 personas de la tercera edad que se enfrentan esta situación
La situación de las personas de la tercera edad en Chiapas se considera de alto riesgo e indefensión extrema, y aunque hay programas gubernamentales que buscan darles protección y fortalecer sus derechos económicos, jurídicos y sociales, muchos de estos hombres y mujeres aún son vistos como una “carga” por sus mismos familiares, son ignorados e incluso se ven obligados a buscar un espacio en algún mercado laboral sabiendo que las posibilidades son casi nulas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el estado habitan alrededor de 345 mil 481 personas mayores de 60 años, lo que representa el 7.2 por ciento de la población total; de estas, cerca de 81 mil 336 son indígenas, es decir, el 23.5 por ciento.
En Chiapas, el estado más pobre del país –de acuerdo con las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)–, la situación se torna aún más difícil porque encima que cerca de 3.8 millones de chiapanecos se encuentran en situación de pobreza multidimensional, un gran porcentaje de ellos ni siquiera cuenta con ofertas de trabajo.
Y es que, a mayor edad, la participación económica se reduce y ante la falta de aprovechamiento de la experiencia de este sector poblacional, la fluidez económica se complica en la entidad.
Al respecto, el catedrático de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) Campus Tuxtla, Ciro Antonio Jiménez Maza, indicó que el reto más grande es que la productividad de las personas de la tercera edad disminuye, por lo tanto también lo hace su ingreso, su participación en la economía y por ende, su nivel de vida.
En entrevista explicó que actualmente las personas de la tercera edad tienen tres fuentes de ingreso principalmente: la del sector público y privado, los apoyos del gobierno y el apoyo de sus familiares.
Y por si fuera poco, el sector se enfrenta a la exigencia del sector privado, quienes exigen las jubilaciones prontas a trabajadores que tienen entre 40 y 45 años de edad, pese a que por ley, es a partir de los 60 años que un ciudadano es considerado “de la tercera edad”.
En este mismo sentido, el especialista explicó que lo anterior está relacionado con que la edad promedio de los ciudadanos se encuentra por debajo de los 29 años, lo que provoca que las personas mayores de 40 años sean vistas como poco productivas para las empresas.
“Solo podemos ver a los ancianos en áreas de paquetería, negocios familiares o en las calles, las alternativas para que se sumen al mercado laboral aquí en el estado son muy bajas y este problema se presenta con mayor intensidad en las zonas urbanas”.
A pesar de ser económicamente productivos, los espacios no están disponibles, lo que según especialistas en gerontología y geriatría está relacionado con la discriminación.
Enfermos y sin atención médica
Jiménez Maza reveló que al menos el 90 por ciento de los adultos mayores en el estado dependen económicamente de sus familiares; es decir, el 10 por ciento continúa laborando y lo hace desde el sector informal, sin derecho a prestaciones ni seguro médico, lo que los hace aún más vulnerables si se toma en cuenta que, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), después de los 60 años las enfermedades crónico-degenerativas como hipertensión arterial, diabetes y articulares degenerativas son mucho más comunes.
Además, aproximadamente el 75 por ciento de la población de adultos mayores de 80 años de edad, comienzan a presentar problemas como el déficit visual (cataratas, vasculopatías y humor vítreo, etcétera), déficit auditivo o presbiacusia.
Uno de los errores más comunes que los mismos familiares cometen es dejarlos en casa, sentados o acostados, lo que, explican especialistas médicos, contribuye a empeorar la delicada salud de estas personas.
La Organización Mundial de la Salud enlista como las principales causas de muerte en la población adulta mayor los tumores malignos, la diabetes mellitus, enfermedades isquémicas del corazón, enfermedades cerebrovasculares y enfermedades del hígado.
De acuerdo con el Inegi, el índice de envejecimiento en el estado es de 21 por ciento y poco más del 30 por ciento de la población adulta mayor se concentra en siete municipios urbanos como Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, Tapachula, Comitán, Villaflores, Tonalá y Ocosingo.
Apoyo gubernamental
En Chiapas existe el Programa Amanecer que tiene la finalidad de mejorar de manera integral las condiciones de vida de la población adulta mayor en situación de pobreza, vulnerabilidad y exclusión social.
Mensualmente, según información oficial, brinda un apoyo económico de 550 pesos mensuales a quienes estén inscritos al programa y tiene cobertura en los 122 municipios del estado.
Desde la perspectiva de Jiménez Maza, estos apoyos “son muy buenos” porque hacen llegar una mensualidad al adulto mayor que lo necesita por su posición de vulnerabilidad.
“Les apoya en gran medida a sus derechos económicos, además que Chiapas y el Estado de México son de los estados que apoyan económicamente al adulto mayor, les hace valer sus derechos económicos”.
Por aquinoticias