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Tras los pasos de homicidas de Miahutlán, Oaxaca

Luego del crimen del curandero Pablo Alfonso, quien fue torturado y acuchillado al interior de su domicilio, ubicado en el Barrio de Arriba, Miahuatlán de Porfirio Díaz, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) indagan el caso y han abierto diversas líneas de investigación.

Trascendió que, entre las líneas de investigación, se encuentra una posible venganza y la posesión de un terreno; sin embargo, los agentes estatales no descartan otros móviles.

Como es de recordar, el pasado 14 de agosto, a las 16:35 horas elementos de la AEI fueron notificados por personal de la Policía Municipal de Miahuatlán, sobre la existencia de un cadáver en el Callejón del Chopo, número 107, del barrio de Arriba.

Fue por ello que los agentes al llegar, a las 16:58 horas, notaron que los municipales ya habían acordonado el área para que prevalecieran indicios y evidencias. Al entrar, los investigadores dieron fe de la existencia del cuerpo, mismo que estaba debajo de una cama, en posición decúbito dorsal, por ello solicitaron el auxilio de peritos del Instituto de Servicios Periciales.

A las 19:25 arribaron dichos peritos, quienes al realizar las diligencias observaron en el lugar rastros de violencia, pues la habitación estaba en completo desorden.

Se dijo que el occiso presentaba los pies atados con un trapo y un cable de luz; asimismo, de un lado, atado a los pies y del otro extremo atado al tambor (base) de la de la cama.

Al levantar el colchón se observó que el hombre tenía amarrada la mano derecha con un mecate de ixtle y entre los dedos de la misma, un juego de llaves.

También presentaba una lesión en el pómulo izquierdo, al parecer causado por un arma punzocortante; además tenía otra herida en el abdomen y contaba con sangre que provenía de ambas fosas nasales y boca.

Se certificó que el hombre también tenía un trapo atado en el cuello y al momento de su muerte vestía pantalón de vestir color gris y playera con cuello redondo color blanco y portaba cinturón de piel color negro.

En ese lapso, arribó una mujer, quien dijo ser sobrina del occiso, la cual aseguró que su tío, Pablo Alfonso, de 55 años de edad, era originario de Santa Catalina Coatlán, Miahuatlán y se desempeñaba como curandero. Asimismo, que era viudo y que en el domicilio donde se halló, vivía solo. Refirió que desconocía las causas por las cuales su familiar fue asesinado.

Más tarde, pasadas las 20:00 horas, los agentes se hicieron cargo del levantamiento y traslado del cuerpo al descanso municipal. Realizada la necrocirugía de ley, un perito médico forense determinó que el hombre murió a causa de una hemorragia interna y externa masiva, secundaria a traumatismo craneoencefálico severo y laceración de viseras estomacales.

Con relación al crimen, un fiscal local en turno dio inicio a una carpeta de investigación al respecto.

Por Imparcial de Oaxaca

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