El símbolo formaba parte de un monumento construido en 1934 en Hamburgo, Alemania.

Apenas a 40 centímetros bajo tierra permanecía enterrada una monumental esvástica hecha en piedra que data de la época nazi. Fue durante los trabajos de remodelación de la cancha del Billstedt-Horn en Hamburgo que una excavadora detectó el pasado 17 de noviembre una gran roca que ponía en riesgo la pesada máquina.

El símbolo tiene unas dimensiones de cuatro por cuatro metros y estaba justo en un campo de futbol del estadio Hein Klink Sportplatz. El propio Billstedt-Horn informó que el símbolo formaba parte de un antiguo monumento construido en 1934 y constaba de una base en hormigón con forma de esvástica y una columna unida a ella. La columna permaneció en pie hasta la década de los 70, cuando se determinó derribarla, pero los cimientos solo fueron enterrados.

“Las sombras del pasado alemán son largas. Llegan hasta nuestro presente. A veces, este pasado se presenta de otras formas. En nuestra experiencia, se ha puesto de manifiesto en forma de esvástica de hormigón”, señaló el equipo a través de redes sociales y rechazó cualquier movimiento de corte fascista entre su afición. “Los restos del fascismo, ya sean de hormigón en el suelo o de hormigón en algunas cabezas, se han destruido (…) no hay futbol para fascistas”.

Autoridades locales decidieron enviar un martillo para romper la esvástica en pequeños trozos y así retirarla completamente. La Oficina de Preservación y Arqueología ya ha sido informada de que la estructura será destruida lo antes posible.

Con información de Billstedt-Horn