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Las autoridades encuentran a los cuatro estadounidenses desaparecidos en Tamaulipas, dos vivos y dos muertos

Las autoridades mexicanas han encontrado a los cuatro ciudadanos estadounidenses desaparecidos el viernes en Matamoros, Tamaulipas. Dos están muertos, otro malherido y un cuarto en buen estado. El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, ha dado la noticia a través de una llamada telefónica en la conferencia de prensa matutina del presidente, Andrés Manuel López Obrador. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, ha informado de que hay un detenido.

Se cumplían casi dos horas de la comparecencia del mandatario, cuando una periodista le ha preguntado por el caso, que amenazaba con provocar un importante conflicto diplomático con Estados Unidos. Este lunes, la Casa Blanca se había referido al asunto, calificándolo de inaceptable. El domingo, además, el FBI había divulgado un comunicado, en el que ofrecía una recompensa de 50.000 dólares por pistas que pudieran llevar a su paradero.

Ante la pregunta, el mandatario ha consultado con Rodríguez, que justo acababa de recibir una llamada de Villarreal sobre el tema, en la que le informaba del hallazgo. López Obrador ha pedido a la secretaria que informara y la mujer, que tenía al gobernador al teléfono, le ha pasado el aparato al mandatario, que lo ha puesto en altavoz, junto al micrófono. “Aproximadamente hace una hora nos notificaron de que había indicios de que los habían visto. Y hace 35 minutos fue confirmado por la Fiscalía”, ha dicho.

El Fiscal de Tamaulipas ha informado de que los dos supervivientes han sido entregados al FBI en el puente internacional que une Matamoros con Brownsville, Texas. Una fuente cercana a la dependencia confirma que se trata de una mujer, Latavia McGee y un hombre, Eric James Willliams. Las familias de los otros dos deberán aguardar. La fuente explica que en su caso “debe seguirse el protocolo de repatriación de cuerpos”. Los dos supervivientes han sido trasladados a un hospital en Texas, informa la agencia AP.

En conferencia de prensa en Ciudad de México pasado el mediodía, el gobernador Villarreal ha informado de que los cautivos fueron rescatados en una caseta de madera, a las afueras de Matamoros, cerca de Playa Bagdad. La persona detenida estaba en la caseta, dando vigilancia. Villarreal ha añadido que durante estos días, los captores movieron a las víctimas de lugar, e incluso las llevaron a una clínica, para despistar.

El fiscal Barrios, que ha llegado también a la capital, ha señalado que el ataque y secuestro de los cuatro ciudadanos estadounidenses se debió seguramente a una confusión, aunque no ha descartado otras líneas de investigación. En cuanto al herido, Barrios ha dicho que tiene una herida en la pierna y que nos es grave.

Por su parte, el portavoz del Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha explicado en Washington en una llamada con periodistas que “cualquier ataque a uno de nuestros ciudadanos es inaceptable, no importa dónde, ni cuáles sean las circunstancias”. “Vamos a trabajar de cerca con el Gobierno mexicano para garantizar que se haga justicia en este caso”, advirtió. Expresó sus “más profundas condolencias” a las familias y dijo que ahora los esfuerzos de las autoridades estadounidenses se concentran en la “segura repatriación” de los dos cadáveres, y en la “salud de los [dos] supervivientes”. Kirby no dio más detalles sobre los fallecidos, porque el deseo de Washington, añadió, es “respetar la seguridad y la privacidad” de las familias. También prometió que el Departamento de Justicia ampliaría la información a lo largo de la jornada.

Medios estadounidenses han informado de que los cuatro viajeros procedían de Carolina del Sur. Eran tres hombres y una mujer. Según ha informado CNN, la mujer, Latavia McGee, de 33 años, tenía una cita médica en Matamoros el viernes, para someterse a una intervención de cirugía estética en el abdomen. En México, esas operaciones son más baratas que al norte de la frontera. Los otros tres, Shaeed Woodard, Zindell Brown y Eric James Williams, eran amigos que la acompañaban.

El Departamento de Estado ha actualizado su advertencia a los viajeros a Tamaulipas, que coloca en el nivel 4 de peligro, e insta a sus conciudadanos a evitar la región. “Miembros fuertemente armados de grupos criminales a menudo patrullan áreas del estado y operan con impunidad, particularmente a lo largo de la región fronteriza desde Reynosa hasta Nuevo Laredo. En estas áreas, la policía local tiene una capacidad limitada para responder a incidentes delictivos,” avisa la web del Gobierno estadounidense.

Aunque no fue hasta el domingo cuando se confirmó que se trataba de ciudadanos de Estados Unidos, el caso se hizo público desde el principio. El viernes, vídeos del secuestro empezaron a circular en redes sociales. Después de tirotear la camioneta en que viajaban los cuatro amigos, cerca del centro de Matamoros, los atacantes agarraron los cuerpos, algunos inconscientes, y los tiraron en la batea de una camioneta. En las imágenes se veía a la mujer, ella aún consciente, empujada al vehículo de los criminales.

La poca información que dieron las autoridades en los primeros momentos fue muy confusa. En un comunicado divulgado el mismo viernes, la policía de Tamaulipas informó de “dos incidentes” ocurridos entre mediodía y las 14.00. Uno era el secuestro y el otro, un tiroteo, en otra zona de la ciudad. La dependencia no explicó si ambos eventos estaban relacionados y habló de la pérdida de “vidas humanas y de lesionados”, sin especificar más. Hasta el momento, además de dos de los cuatro estadounidenses, se sabe que una mujer mexicana falleció igualmente por los balazos del viernes.

Medios de Estados Unidos han informado estos días, citando a antiguos agentes de corporaciones de seguridad del país, que los criminales detrás del ataque y el secuestro serían parte del grupo Escorpión, una de las facciones del Cartel del Golfo. Las autoridades mexicanas no han informado al respecto. Matamoros ha sido la cuna del Cartel del Golfo desde su fundación. Diferentes escisiones, como Los Zetas, hace ya más de 15 años, se hicieron fuertes en otros puntos de la geografía fronteriza de Tamaulipas, como es el caso de Nuevo Laredo.

(Con información de El País)

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