Roberto Esquivel Cabrera vive en una constante contradicción. Por un lado, sabe que su vida sexual es y será completamente nula pese a su virilidad, y trabajar se le dificulta sobremanera. Pero tampoco quiere reducir el tamaño de su miembro. Su historia se ha vuelto viral, de nuevo

De 54 años, este hombre oriundo de Saltillo prefiere la fama al sexo. Sin embargo, ese también es su drama. El Libro de los Records Guinness no le reconoce su portación como la máxima medida en el mundo.

Y su historia se ha vuelto viral, otra vez. Fue primero en Vanguardia donde se conoció este caso, hace ya dos años.

La verdad es que, por el tamaño de su pene, la salud de Esquivel está en riesgo. Sufre de infecciones constantes al tracto urinario pues no todo su orina llega a ser excretada. Además, debe mantener su miembro envuelto en vendas para evitar escoceduras en esa zona.

 “Quiero ir al Récord Guinness porque si gano, pos me dan mucho dinero”

ROBERTO ESQUIVEL

Esquivel en el 2001 fue deportado de Estados Unidos tras recibir graves denuncias por indecencia, entre ellas haberse expuesto ante dos menores de edad.

Es el estadounidense Jonah Falcon quien tiene el récord al pene más grande del mundo (34 centímetros).

Guinness no se lo concede debido a que considera que la mayor parte de la longitud de dicho ‘superpene’ es piel, además de no ser capaz de sostener una erección.

Recientemente, este saltillense ha vuelto a estar en el ojo de los medios debido a que concedió entrevistas a distintos medios alrededor del mundo, lo que provocó que su caso se volviera viral de nuevo.

Pero fue en una entrevista larga y personal concedida a Ricardo Mendoza, director de Vanguardia, hace casi dos años, que Roberto habló sobre su infancia, sus problemas por su inmenso miembro y sus sueños, entre otras cuestiones.

“Aquí en La Landín (una populosa y antigua colonia al surponiente de Saltillo) vivimos muchos años mis hermanos, mis sobrinos, toda mi familia, pero pos nunca los veo. No tengo amigos, nunca he tenido”.

“Cuando estoy con mi familia, aunque desde siempre me conocen, no puedo convivir porque los niños, las niñas, las hijas de mis hermanos les preguntan: ¿Y qué trae allí? se quedan viendo y pos mejor no estoy”.

Hablar con El Centauro, quien nació el 7 de junio de 1961 a las 14:00 horas en Saltillo –como lo muestra su acta de nacimiento– implica un choque emocional, de perspectivas, único: te atrapa el morbo, el sentido del humor que esconde cierta envidia inicial mezclada con pena y algún tipo de vergüenza.

Da detalles de su vida que nadie además de él puede corroborar, ni siquiera dos de sus seres más cercanos: su madre y su hermano…

Por Vanguardia