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Celebran marcha 39 del orgullo gay

Con disfraces, poca ropa o en carros alegóricos miembros de la comunidad LGBTTTI exigieron respeto a sus derechos ◗ De acuerdo con autoridades capitalinas, participaron en la movilización más de 175 mil personas.

Los colores del arcoíris inundaron Paseo de la Reforma. Ayer miles de personas se dieron cita en el Ángel de la Independencia para celebrar la 39 edición de la marcha Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI).

Desde las 10:00 horas, caravanas y carros alegóricos comenzaron a llegar a la Victoria Alada, como muchos le llaman al monumento capitalino; globos, banderas, confeti y pancartas desfilaron junto con 175 mil personas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobierno.

Algunas autoridades del Gobierno de la Ciudad de México corrían de un lado a otro con los radios pues la gente llegaba en decenas de grupos.

“La gente ya se está juntando, hay más que el año pasado, ya tenemos que empezar a cerrar los accesos”, gritaba el personal con los chalecos rosas y la leyenda de Capital Social.

La marcha comenzaría a las 12:00 en punto, sin embargo había tanta gente cómoda en el sitio que la marcha hacia el Zócalo capitalino se olvidó por un momento.

En todas partes era fiesta y risas, amor y pasión. Los hombres y mujeres no perdieron ni un segundo para celebrar que en días pasados el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, nombró el mes de junio como el de la comunidad lésbico-gay.

A diferencia de los hombres, las lesbianas eran quienes mostraban más afecto ante la sociedad, pues ellas sin pudor y sin pena se besaban apasionadamente, incluso al percatarse de que eran fotografiadas, se abrazaban con más fervor.

Los gays sólo se limitaban a posar de manera sensual y feliz ante los flashazos.

Entre las familias y más a los más pequeños les llamaba la atención los estrafalarios disfraces que los travestis desfilaban cual pasarela de modas, “es un ángel muy chistoso pero se ve bonito”, comentó un niño de apenas cinco años.

A la altura de la Glorieta de la Palma un grupo de gays y lesbianas disfrazados de árabes, movían las pequeñas monedas de oro para llamar aún más la atención.

“¡Mira mamá, son los tres reyes magos!”, exclamó sorprendido el menor, al tiempo que exigía una fotografía con ellos.

Todos y todas se encontraban felices por celebrar un año más a la comunidad LGBTTTI; los gays se decían entre sí lo afeminados que eran y lo delicados que cada uno podía llegar a ser.

“Manita, yo soy afeminada pero tú me ganas mamacita y de cuerpo mejor ni nos metamos en eso. Mejor ponme diamantina para brillar mucho”, bromeaban entre ellos.

Cada grupo tenía su estilo, algunos con vestidos y tacones de 13 centímetros de altura, otros con alas de hada o ángel, unos cuantos disfrazados de oso y los que no faltan cada año el grupo sadomasoquista enseñando los glúteos.

La diamantina, diademas y collares de flores no se hicieron esperar, así como los disfraces de unicornio que vestían la calle de color rosa con blanco.

Algunas cuantas lesbianas decidieron quitarse el sostén y la playera para mostrar los pechos y demostrar la libertad con la que la capital cuenta el día de hoy; “nuestra comunidad seguirá luchando por aquellos que aún no alzan la voz”, se leía en sus cuerpos.

Finalmente, todos los capitalinos que celebraron la marcha LGBTTTI disfrutaron, gritaron y bailaron al ritmo de cada carro alegórico que dejaban en su paso cientos de condones y folletos con información de prevención a enfermedades de transmisión sexual.

Por Crónica

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