El Estadio Azteca es un escenario maldito para los Pumas, que se hacen mininos cuando se meten al recinto en fase de elimiación. Se pensaba que era por enfrentar al América, pero se comprobó que, en Liguilla, se hacen pequeñitos ante cualquiera.
El Cruz Azul humilló y se rió de los felinos, al golearlos 4-0 en la ida de las seminales del Guardianes 2020. La Máquina se colocó muy, muy cerca de colarse a su séptima final en torneos cortos desde aquel título del Invierno 1997.
En 13 minutos, los cementeros bailaron a los auriazules y les metieron tres tantos, uno por uno y sin misericordia. A pesar de que faltaban más de 165 minutos por disputar, la eliminatoria estaba casi sentenciada.
Tres latigazos, primero de Roberto Alvarado, apenas al 2´, gracias a una inocentada de Alan Mozo, quien habilitó a su compañero en la Selección Mexicana. Para el 8’, Rafael Baca mandó al ángulo un potente disparo, imposible para Julio Gutiérrez –en lugar del todavía lesionado Alfredo Talavera–.
Pero dos goles no eran suficientes para el Cruz Azul, que se aventó dos más (13’ y 96’) cortesía de Luis Romo, para firmar la humillación sobre los del Pedregal.
Lección gratuita y completa de Robert Dante Siboldi sobre Andrés Lillini, quien sin Israel López a su derecha no mostró alguna señal de que es el timonel a futuro de los Pumas, a pesar del buen torneo regular que hizo. Esta fiesta celeste será muy duro de digerir.
Hace dos años, en el Estadio Azteca, los auriazules se fueron humillados por el América, en una goleada histórica y ese sentimiento fue muy similar a lo mostrado ahora con el Cruz Azul.
En 90 minutos, el domingo en el Estadio Olímpico Universitario, los Pumas buscarán hacerle cuatro goles a La Máquina, que no recibe esa cantidad con Siboldi en el banquillo celeste.