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Indígenas de la Selva Lacandona, Chiapas, carecen de atención médica

Cerca de 4 mil indígenas de la Selva Lacandona, en Chiapas, carecen de servicios de salud. Desde abril no hay doctores, vacunas ni medicinas, seis de cada 10 son niños.

El gobierno del estado no ha pagado a la empresa de servicios aéreos encargada del traslado de insumos, personal médico y pacientes graves.

En caso de una emergencia, habitantes de 12 comunidades tienen sólo una opción: caminar mínimo, ocho horas.

“A veces se nos mueren en el camino los pacientes. Se los llevan cargando, a veces dos personas con hamaca”, dijo Benito Hernández González, encargado de la Casa de Salud en San Gregorio.

“Una urgencia aquí, pues no. No podemos hacer nada”, señaló Silverio Cruz Ruiz, encargado de la Casa de Salud en La Candelaria.

“Dos días me lleva el camino a pie”, refirió Micaela Pale, habitante de San Gregorio, Chiapas.

En la Reserva de la Biósfera Montes Azules, en Chiapas, sus 330 mil hectáreas forman parte del centro de la Selva Lacandona.

Cerca de la Laguna de Miramar se encuentra La Candelaria, una comunidad tzeltal del municipio de Ocosingo que no tiene servicios básicos: no hay luz, gas ni drenaje.

Ahí viven Elvira y Jesús.

El lunes 26 de junio nació su segundo hijo. Por complicaciones en el parto tuvieron que sacar a Elvira de la comunidad y llevarla de emergencia al Hospital de la Mujer de Comitán, ahí, le hicieron una cesárea.

No pasó ni 24 horas internada: al día siguiente le dijeron a su esposo que debía llevársela.

Viajaron a Ocosingo. Esperaron a que Elvira estuviera en condiciones de que le quitaran los puntos de la sutura.

“Sólo llevé mil 500 pesos. No hay mucho y para quedarse un tiempo en Ocosingo no va a alcanzar el dinero”, señaló Jesús Álvarez Cruz, habitante de La Candelaria, Chiapas.

Jesús pidió a las autoridades de Salud del estado que los regresaran a la comunidad en avioneta, tal como los sacaron y como lo considera el programa Caravanas Aéreas de la Secretaría de Salud estatal.

La respuesta fue que el servicio estaba suspendido.

No tuvieron opción. Viajaron cientos de kilómetros con un recién nacido en brazos, sin medicamentos para el dolor y sin dinero.

“Caminamos como 12 horas, pero montada en caballo mi esposa. Sufrimos bastante hay mucha lluvia, fuertes vientos. Cuando llegamos aquí, le estaba doliendo donde está la herida”, narró Jesús.

Un mes después, ningún médico ha atendido a Elvira ni a su hijo.

En Candelaria no hay servicio de Salud por la misma razón por la que tuvo que regresar a su casa a caballo.

Desde octubre del año pasado, el gobierno de Manuel Velasco no ha pagado el traslado de doctores, medicinas y pacientes en estado crítico.

La administración del gobernador Manuel Velasco dejó de pagar a la empresa encargada del traslado de doctores, medicinas y pacientes en estado crítico. La deuda es por 827 mil 950 pesos.

“Se viene acarreando a partir de octubre del año pasado, 2016 y en abril de 2017 se suspende el servicio al no haber respuesta por parte de la Secretaría”, explicó Luis Gómez del Ángel, socio de servicios aéreos San Cristóbal.

Debido al difícil acceso por tierra a 12 comunidades dispersas en la Selva Lacandona, la Secretaría de Salud de Chiapas echó a andar en mayo de 2007 las Caravanas Aéreas de la Salud.

Los objetivos eran atender a casi cuatro mil indígenas y reducir los tiempos de traslado de enfermos: de 8 horas a pie a 30 minutos en avioneta.

Desde entonces, contrata a Servicios Aéreos San Cristóbal.  El gobierno de Chiapas adeuda 827 mil 950 pesos.

“Son cuatro rutas establecidas: Candelaria, Amador Hernández, Guanal y Benito Juárez Miramar, todas son del municipio de Ocosingo y de estas cuatro, se abastece a otras comunidades vía terrestre”, afirmó Gómez del Ángel.

A pesar de la falta de pago, la empresa ha atendido casos de extrema urgencia.

El caso de Elvira es uno de ellos. La Secretaría de Salud pidió que la trasladaran para que no muriera, del regreso ya no se hizo responsable.

La suspensión de los vuelos hace aún más vulnerables a los indígenas que viven en pobreza extrema.

Las Casas de Salud están prácticamente vacías. En plena temporada de lluvias no hay lo mínimo para atender enfermedades respiratorias ni gastrointestinales.

“Nosotros no tenemos medicamento, desde abril, cuando salió el médico que trabajó aquí, quedó sin medicamento”, destacó Silverio Cruz, encargado de la Casa de Salud en La Candelaria.

Desde hace meses no hay vacunas, pero sí un cartel que recuerda la importancia de aplicarlas.

A dos horas caminando, desde Candelaria, se encuentra la comunidad de San Gregorio. Su Casa de Salud se encuentra en las mismas condiciones.

“Ningún paracetamol, ningún albendazol para controlar las lombrices para los niños. Acá hay muchas enfermedades de diarrea, de tos, para la tos ni un jarabe, nada”, enfatizó Benito Hernández González, encargado de la Casa de Salud en San Gregorio.

Ninguna medicina sirve para atender una emergencia.

“Este es de mayo de 2016, ya está caducado, agosto 17, a punto de caducar”, mostró Benito.

“Diarrea, vómitos, calentura, granitos en la piel. Ahorita mi hija tiene granitos, pero no hay medicamentos”, comentó la señora Cristina Díaz, habitante de San Gregorio, Chiapas.

“Aquí nos han olvidado totalmente, como pueblos indígenas, como un animal ¿qué les importa si muere la gente acá?”, concluyó Benito, el encargado de la Casa de Salud en San Gregorio.

Por Noticieros Televisa

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