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Manda América a Chivas al abismo

Ciudad de México— No hay mayor dolor que el rival más odiado te deje sin Liguilla, que te humille como vigente campeón y que, además, te mande al sótano del torneo… Y todo en un par de minutos.

El América se impuso anoche 2-1 a Chivas en el Clásico Nacional. Miguel Herrera prometió que el orgullo de sus aficionados quedaría intacto; del de los fans del Rebaño, mejor ni hablar.

Tres Clásicos para las Águilas en este torneo, y ya es cuestión de tiempo para que consumen su clasificación a la Liguilla en la que pretenden arrebatar a los tapatíos la corona; por lo pronto, ayer la pisotearon en el Estadio Azteca.

Oribe Peralta al 70’ y Renato Ibarra al 72’ tocaron la marcha fúnebre del campeón.

De tan eufórico, el portero Agustín Marchesín tiró el banderín del tiro de esquina de un patadón.

En otro tanto, el capitán Oribe agitó la cabeza de Cecilio Domínguez, felicitándolo por elaborar la acción del segundo gol e intentando despertarlo del marasmo futbolístico en el que cayó en las más recientes jornadas.

Y los que se quedaron pasmados fueron los jugadores de las Chivas, que con el gol de Carlos Cisneros soñaron con darle un ligero consuelo a sus aficionados que, raro en ellos, fueron muy pocos en el Azteca.

El Rebaño había planteado inteligentemente el partido y le quitó el balón al local, lo circuló con criterio e hizo sudar más de una vez a Marchesín.

Pero el Guadalajara no las trae consigo. Primero se lesionó su capitán, Carlos Salcido, y sólo bastaron dos parpadeos para que el Azteca hirviera, primero con ese disparo de Matheus Uribe que rechazó Rodolfo Cota y al que Oribe llegó puntual, y después con ese amague de Renato Ibarra que hizo que la zaga pasara de largo antes de cruzar su disparo.

Un campeón que se desmorona y que perdió de nueva cuenta a Alan Pulido por otra lesión, por si faltara alguna calamidad.

Unos azulcremas cobijados por su gente, que en lugar de sufrir el gol de Cisneros respondió con el “Vamos, vamos América”, que puso en la grada el ejemplo de esa determinación que contagió a los futbolistas que a falta de su mejor futbol se agarraron de la emoción para tundir al rival más odiado.

Habrá que ver si Cruz Azul, el próximo martes en la Copa MX, se venga del oprobio. La pregunta ahora es: ¿quién aguantará a los americanistas?

Por El Diario mx

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