Los seres humanos no estamos en la categoría de “intromisión prolongada”, ya que nuestra competencia sexual es mínima.
Los científicos han descubierto por qué el “báculo”, un hueso que tienen los chimpancés, osos, y la mayoría de los mamíferos en su aparato reproductor, desapareció de miembros humanos.
La explicación está expuesta en la revista ‘Proceedings of the Royal Society B’, donde los expertos argumentan que este hueso puede estimular a la hembra a desencadenar la ovulación, mientras otros creen que el báculo permite al macho superar cualquier fricción y penetrar en la vagina de la hembra.
En resumen, los seres humanos no estamos en la categoría de “intromisión prolongada”. Esto quiere decir que la duración media de una penetración es inferior a dos minutos.
Generalmente, “los humanos tienen una competencia sexual mínima”, ya que normalmente las mujeres tienen sexo solo con un hombre a la vez, se lee en el texto. “Quizás la adopción de este patrón de apareamiento, junto a un período corto de intromisión, fue la última gota que colmó el vaso de la desaparición del báculo”.
¿Para qué les sirve a los animales?
El hueso permite prolongar el tiempo de penetración vaginal. De esta forma, “el macho evita que la hembra se escape y copule con otro antes de que su esperma tenga la oportunidad de hacer magia”.
Las intromisiones del hueso más prolongadas ocurren en especies con prácticas polígamas, donde múltiples machos y hembras se aparean entre sí, como en el caso de los chimpancés, escribe Matilda Brindle en la revista académica The Conversation.
Los testículos de los chimpancés machos son muy grandes, aproximadamente del mismo tamaño de su cerebro, ya que producen una gran cantidad de espermatozoides para aparearse con varias hembras.
Por SDPnoticias