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Científicos descubren nuevo órgano desconocido en la cabeza

Investigadores del Instituto del Cáncer de los Países Bajos descubrieron un nuevo “órgano” en la cabeza el cual ubica glándulas salivales que podrían ayudar a reducir las complicaciones derivadas del cáncer.

Gracias a la tecnología aplicada a la salud, el oncólogo radioterapeuta, Wouter Vogel y el cirujano oral y maxilofacial, Matthijs Valstardescubrieron que en la parte posterior de la nasofaringe hay dos áreas inesperadas, las cuales parecían similares a las glándulas salivales mayores conocidas.

De acuerdo con los investigadores, en la  la parte posterior de la nasofaringe, no debería haber glándulas salivales grandes, puesto que se sabe que las  personas tienen tres conjuntos de glándulas salivales grandes, pero no allí.

“Hasta donde sabíamos, las únicas glándulas salivales o mucosas en la nasofaringe son microscópicamente pequeñas y hasta 1000 están distribuidas uniformemente por toda la mucosa, dijo Vogel.

Vogel y Valstar quienes investigan los efectos secundarios que la radiación puede tener en la cabeza y el cuello en dicho Instituto, en conjunto con colegas del UMC Utrecht, descubrieron que  100 personas estudiadas presentaban un conjunto de estas glándulas.

Al realizar un nuevo tipo de exploración a estos pacientes quienes padecen cáncer de próstata, las glándulas salivales, es decir el nuevo “órgano” descubierto, se muestran con bastante claridad en este tipo de imágenes.

Las glándulas salivales se muestran con bastante claridad en este tipo de imágenes, señaló Valstar, coautor de la investigación, quien también dijo que el hecho se confirmó en el tejido de dos cuerpos humanos que estudiaron junto con sus colegas en el UMC de Amsterdam.

“Las llamamos glándulas tubarias, refiriéndonos a su ubicación anatómica”.

Matthijs Valstar, investigador.

El descubrimiento no sólo es sorprendente, sino que también podría beneficiar a los pacientes con cáncer, ya que “la radioterapia puede dañar las glándulas salivales, lo que puede provocar complicaciones”, aseguraron.

“Nuestro siguiente paso es averiguar cómo podemos preservar mejor estas nuevas glándulas y en qué pacientes. Si podemos hacer esto, los pacientes pueden experimentar menos efectos secundarios que beneficiarán su calidad de vida en general después del tratamiento”, concluyó Vogel.

El hallazgo fue publicado recientemente en Radioterapia y Oncología.

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