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¿Qué pasaría si hay una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte?

 

Otros países se involucrarían en la guerra y existe el riesgo de ataques equivocados ante fallas en las trayectorias de los misiles, advirtió un investigador de la UNAM.

Un arma nuclear tiene la capacidad de acabar no sólo con una ciudad completa, sino de contaminar el medio ambiente, llegar a la atmósfera, y, en casos extremos, bloquear los rayos del sol y matar a todos los seres vivos, alertó el doctor Epifanio Cruz Zaragoza, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares, al hablar sobre los posibles escenarios que habría en una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte.

El experto explicó que existen varios tipos de armas nucleares, pero, dijo que entre las más temidas se encuentran las bombas atómicas mezcladas con hidrógeno, que pueden llegar a destruir hasta tres ciudades.

El doctor advirtió que en la actualidad existen varios países que se han dedicado a crear este tipo de armamento. Uno de esos casos es el de Corea del Norte, que desde hace aproximadamente 50 años ha desarrollado diversos prototipos y desde 1990 ha probado varios misiles.

En días pasados, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se sintió amenazado con las pruebas de misiles intercontinentales realizadas por Corea del Norte, y respondió que si el régimen de Kim Jung-un no quiere encontrarse con un nivel de fuego y furia inédita en la historia se abstuviera de realizar más pruebas de armamento nuclear.

Ante ese panorama, el experto dijo que en en el caso de que haya una guerra entre ambas naciones, la situación internacional sería muy difícil, ya que terminarían involucrados otros países.

Recordó que Rusia y Estados Unidos poseen alrededor de 14 mil ojivas nucleares y señaló que a esa cantidad habría que sumar el poder de fuego de países, como: China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán e Israel se unan.

Agregó que después de la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética, la milicia rusa anunció que habían extraviado 400 ojivas nucleares, por lo que no sabemos a ciencia cierta cuántas armas hay de ese tipo en el mundo.

No apostar a la guerra

En el caso extremo de una guerra atómica existen varios inconvenientes con el armamento. Por ejemplo, los misiles podrían fallar en su trayectoria por varias razones, entre ellas, el movimiento de rotación de la Tierra, formación de huracanes, factores atmosféricos adversos y el mismo control automático del misil.

En consecuencia, se podrían presentar ataques en blancos equivocados y de esta forma se arrastraría a otras naciones a un conflicto atómico en donde nadie resultaría vencedor.

En ese sentido, México o Canadá podrían verse afectados, porque además de recibir la contaminación nuclear que pudiera llegar desde Estados Unidos, también podrían ser un blanco errado.

“Por todo lo anterior, no debemos apostar a un medio nuclear, al desarrollo de nuevas bombas y menos a un conflicto bélico. Al contrario, debemos destruir las armas. Recordemos que no sólo existen las nucleares, sino también las químicas y las biológicas”, expresó el experto.

Por Animal Político

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